Por
alguna razón le voy a los Knicks de Nueva York aún cuando, como todas las
personas de mi edad, crecí viendo a Michael Jordan ganar seis títulos en ocho
años. No lo sé, Patrick Ewing me caía bien como jugador al igual que Allan
Houston y desde entonces les voy a ellos. Sin embargo, la NBA no es tanto una
liga de equipos como lo es de jugadores. Sí, hay equipos y dinastías, pero cada
vez recae más en las estrellas que cada equipo tiene y los fanáticos los siguen
a ellos –como el caso de todos los que le van a Miami por Lebron o a Dallas por
Nowitzki, etc. Dentro de estas estrellas está Kobe Bryant quien vio en 2012
como ya hay una nueva jerarquía más joven en Oklahoma City y a la cual necesita
vencer antes de poder intentar destronar a Lebron James.
Lo malo
para Bryant es que, aún cuando podríamos decir que es joven de edad, lleva ya
muchas temporadas –salto directo de preparatoria a la NBA- y entonces su cuerpo
es cuatro años más viejo por estas temporadas extra –eso sin incluir el
kilometraje que le ha metido en todos los playoffs que ha jugado y otros jugadores
de su edad no. Viendo que su oportunidad de rebasar a Jordan en anillos
obtenidos se acortaba, los Lakers le trajeron a Dwight Howard –uno de los
mejores centros actualmente- y a Steve Nash –el jugador menos individualista
que conozco- para una última batalla. Eso adicionado a Pau Gasol le daba a los
Lakers cuatro estrellas –si bien Bryant y Nash están en sus últimos años- para
pelar por el título.
Todo
parecía que sería excelente, pero nadie contaba con la pesadilla que ha sido
esta temporada. Los Lakers despidieron a su coach Mike Brown después de tan
sólo cinco juegos jugados, ni en el futbol mexicano corren a los entrenadores
tan rápido. Sin embargo, la llegada de Mike D’Antoni no ha sido la solución y
los angelinos tienen una marca de 12-20 desde que él tomó el control. Los
angelinos van que vuelan para tener su peor temporada desde que se rankea a los
equipos por conferencia para los Playoffs siendo que quedaron en la posición 11
del oeste en 2004-2005 y, al cierre de esta columna, se encuentran actualmente
en la posición 12.
Es un
total misterio qué está pasando con el equipo ya que simplemente no cuajan sus
piezas. Por alguna razón, Howard no es la fuerza dominante que fue en Orlando,
tal vez porque en la ciudad de Florida no había nadie –absolutamente nadie- que
le hiciera sombra. Gasol, como es usual, requiere la regañiza anual que Bryant
le da a través de los medios para mejorar su nivel, pero más que eso, necesita
hablarse con Howard pues son los dos hombres altos del equipo y defensivamente
están dejando mucho qué desear. Cierto, Gasol se ha perdido 13 juegos por
diferentes lesiones, pero cuando ha estado en la duela no se le ha visto bien.
Hablando
de lesiones, Nash también se perdió 24 juegos, lo cual podría explicar el lento
inicio del equipo, pero no explica por qué han perdido 10 de los 12 juegos que
han jugado en enero. Son un equipo de gente grande, promedio de 28.5 años, que
está jugando en una ofensiva rápida como la que manejaba Nash con D’Antoni en
Phoenix. Si a eso le suman la adición de la táctica Hack-a-Dwight (en la que le
hacen foules al jugador ya que es muy malo en los tiros libres y que
originalmente se usó contra Shaquille O’Neal) simplemente es imposible que
ganen muchos juegos más.
Podríamos
decir que la causa raíz del problema es la defensiva pues permiten más de 100
puntos por partido. Tienen a tres jugadores altos y con calibre de All-Star
como son Howard, Nash y Metta World Peace, pero siguen fallando. Mejoró un poco
con Bryant tomando al mejor tirador del equipo contrario, situación que hace
que se concentre más en su juego defensivo y evita más tiros a la canasta y por
ende, rebotes que buscar por parte de los Lakers. En el basketball sí aplica el
adagio de que las defensivas ganan campeonatos pues lo vimos con Miami la
temporada pasada cuando por fin se acoplaron sus tres jugadores estrella.
Regresando
a la temporada 2004-2005, los angelinos tuvieron una pésima campaña, pero fue
justo el año que O’Neal dejó el equipo y Bryant se volvió más individualista
por no tener a nadie bueno con quién jugar. Aquí es cuestión de acoplarse y es
muy probable que les tome todo un año hacerlo. Tal vez a final de esta
temporada los veamos mejor, pero la probabilidad de seguir jugando en mayo es
muy baja cuando tienes una marca de 17-25. Sólo cinco equipos lo han logrado
siendo el último Denver. El problema aquí es que la Conferencia Oeste es la más
peleada de la NBA y en la que necesitas asegurar unas 45 victorias para
calificar.
Hay dos
escenarios para los Lakers esta temporada:
Se
acoplan y empiezan a ganar juegos, mismo que los lleva a cerrar fuerte y
calificar, y ser una amenaza en la postemporada. Para esto van a necesitar
dejar los problemas internos, que Nash se reencuentre –tiene sus promedio más
bajos en los últimos años- y que Howard-Gasol se convierta en una muralla
defensiva.
Tiran la
temporada a la basura, aprovechan el verano para descansar y convencer a Howard
de quedarse más tiempo –su contrato termina al final de esta temporada-, y
hacen otro par de cambios para darle la profundidad que le falta al equipo para
competir con otros más jóvenes.
Personalmente
me iría por la primera, pero como se ven las cosas, parecería que pronto
tendrán que “escoger” la segunda opción.
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© OEJR/2013
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