Esto ya se convirtió en una costumbre anual. Nico lidera el campeonato
al inicio de la temporada y después se ve alcanzado por Hamilton. A veces le
toma menos tiempo, otras más, pero el inglés siempre se pone a la par del
alemán y le gana el título.
En 2014 Nico venció en Australia mientras Lewis se retiraba y se veía
aventajado por 25 puntos. El inglés ganó las siguientes cuatro carreras con su
coequipero en segundo y, saliendo de España ya se encontraba liderando el
mundial por tres puntos. Nico pudo defenderse al ganar dos de las siguientes
tres fechas, pero después de Singapur en la fecha 14, Hamilton volvía a liderar
–irónicamente por tres puntos otra vez- y ya nunca volvió a ver para atrás al
ganar cuatro de las siguientes cinco.
En 2015 Lewis no se dio el lujo de permitirle a Nico pensar en un
título. Desde el principio ganó en Australia y nunca estuvo más cerca de los
siete puntos de esa carrera. Sí, Nico se llegó a acerca a diez a mediados de
temporada, pero Hamilton volvió a apretar el acelerador y se escapó en el final
de la temporada europea con cinco victorias en seis carreras, terminando esa racha
en el recordado GP de Estados Unidos y el incidente de la gorra.
Ahora Nico ganó en las primeras cuatro rondas del año, amasando una
ventaja de 43 puntos antes de llegar a España. Todo mundo creía que este era el
año en que el joven Rosberg por fin emularía a su padre y se llevaría el título
para convertirse en el tercer hijo de expiloto de Fórmula Uno (Damon Hill y
Jacques Villeneuve siendo los otros) en levantarse como el mejor del mundo.
Un mes y medio después, Hamilton ya ganó dos Grandes Premios, parece
haber dejado atrás los problemas de principio de año –no comencemos con las
teorías de conspiración- y rebajó la distancia a sólo nueve puntos. La realidad
es que, aún cuando Lewis rebasé a Nico en Azerbaiyán, seguirá siendo muy
temprano en la temporada para definir el campeonato.
Desde 2009, cuando Jenson Button se convirtió en campeón, no ha habido
un piloto que sea campeón sólo dominando la primera parte del año. Vettel y
Hamilton siempre han dominado en la segunda parte del año para ganar el título
después de la pausa de verano que hay entre Hungría –este año Alemania- y
Bélgica.
En 2010, Vettel ganó tres de las últimas cuatro para alzarse con la
corona. Al año siguiente dominó al inicio y al final con dos lotes de cinco
victorias en seis carreras. El 2012 lo vio hilvanar cuatro victorias para que
Alonso ya nunca lo alcanzara y en 2013 obtuvo nueve victorias consecutivas para
cerrar la temporada y aclarar cualquier duda.
Por su parte, Hamilton ha recurrido a tácticas similares con seis
victorias en siete fechas para cerrar 2014 y otra racha de cinco victorias en
seis Grandes Premios para asegurar el título el año pasado. Esta pudo haber
sido mayor, pero dejó que Nico tuviera las siguientes tres victorias y así
asegurar el 1-2 de Mercedes.
Así que no nos sorprendamos si Lewis define todo después de la pausa
veraniega y tampoco nos sorprendamos si Nico vuelve a caer. La realidad es que
no ha vencido a Hamilton en tres años y no se ve que haya mejorado lo
suficiente para vencerlo en un cuarto intento.
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© OEJR/2016
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